Hablábamos antes de certificaciones
con precios excesivamente bajos o entrar en un proceso de comparación y
mercadeo entre presupuestos de técnicos, pues bien, de lo que se habla menos es
de los riesgos y responsabilidades de esas certificaciones.
En primer lugar, desde certifícate certificación energética de
inmuebles dejaremos claro que estos problemas se solucionarían si el
mercado y costes de certificación estuvieran regulados, pero como ya sabemos y
ya hemos comentado en otras anotaciones, el mercado va a ser libre, por tanto,
el mercado se va a prestar a bajas temerarias.
Lo que está claro es que la calidad
de los certificados no debe verse afectada por bajadas de precios, por
comparaciones y mercadeos, esto afecta a la calidad de la certificación, a las
condiciones de compra, venta o alquiler, a datos energéticos erróneos que desvirtúan
la realidad energética de un inmueble y afectan a futuros estudios energéticos
encaminados a la mayor eficiencia de una vivienda o un edificio.
Lo que también se comenta muy
poco es que las Comunidades Autónomas deben desarrollar los órganos de
inspección de las certificaciones. Aún no se sabe cómo se van a desarrollar
estas inspecciones, ni quienes, ni cuando, ni qué porcentaje de certificados se
inspeccionaran, pero nos ponemos en la piel de vendedores, compradores,
arrendadores y arrendatarios… un certificado mal hecho, con precios bajos y
rebajados por pujas y comparaciones, sin visitar los inmuebles ni con una toma
de datos conveniente, que sea inspeccionado por el técnico correspondiente
designado por la Comunidad Autónoma, puede ser algo realmente problemático.
Aún no se sabe que pasaría en
estos casos, pero volvemos a aquel post que
titulamos RESPONSABILIDAD Y PREOCUPACIÓN del 6 de febrero, la responsabilidad
es de unos y la preocupación debe ser de otros. Si un certificado es erróneo,
estos conceptos de RESPONSABILIDAD Y PREOCUPACIÓN pasan a cobrar mucho más
sentido.
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