Enlazamos el siguiente artículo
publicado hoy.
FUENTE: eseficiencia.es
Queremos hacer hincapié sobre esta noticia. No somos pocos los que creemos que la Administración
acabará forzando la eficiencia energética vía impuestos y más concretamente a
través del IBI.
No se trata del típico comentario
que tanto circula respecto a la certificación energética donde se dice que es
un impuesto más, se trata de un planteamiento a largo plazo.
La noticia que enlazamos se
podría decir que es la parte positiva, una exención de impuestos a cambio de
eficiencia energética, si bien es una lástima que solo sea aplicable durante un
plazo de tres años y solo para aquellos inmuebles que no requieran estas instalaciones
por normativa en el momento de su construcción, dicho de otro modo, para
viviendas anteriores al código técnico, anteriores a 2.007, está claro que la rebaja de la
mitad del IBI no compensa los costes de la instalación, pero en un país donde
hay continuas zancadillas a las energías renovables, toda ayuda por pequeña que
sea será bienvenida.
¿Cuál creemos que es la parte
negativa?, esto es solo opinión tal vez excesivamente influenciados por la
negatividad de nuestros gobiernos o por el refrán “la letra con sangre entra”,
pero pensamos que tal vez es posible que una vez gran parte del parque
inmobiliario español esté certificado y aun habiendo leyes que fomentan y
fomentarán un cambio de mentalidad en la ciudadanía para que traten de hacer
más eficientes sus viviendas, pues estamos viviendo unos cambios normativos
perfectamente orquestados en ese sentido, habrá un volumen bastante importante
de inmuebles que no se actualizarán.
La administración tendrá
perfectamente controlados los edificios y viviendas certificados con valores A
o B, sobre todo por qué serán pocos, aquellos con valor C tienen un potencial
de mejora para convertirlos en muy eficientes fácilmente controlable, pero
desde valores D y sobre todo de E para abajo que va a concentrar el 75% del parque inmobiliario (E, F y G) las posibilidades y el
potencial de mejora es muy grande, y el IBI resulta tentador para forzar la
eficiencia, tanto en sentido negativo como positivo, lo positivo y deseable
sería que se premiara con reducciones o exenciones a aquellos inmuebles que
adoptasen medidas para ser más eficientes energéticamente, y por tanto, menos
contaminantes y más ahorradores, pero también cabe la posibilidad de gravar el
IBI a aquellos inmuebles menos eficientes para forzar a medio y largo plazo la
adopción de medidas que les permitan volver a un tipo impositivo normal.
Lo mismo que ocurre con los
vehículos, aquellos más contaminantes pagan más impuestos.
Insistimos que se trata de
opinión, ya que para que se llegase a este punto, lo primero sería disponer de
la totalidad del parque inmobiliario certificado y bien certificado, pero al ver esta noticia queríamos compartir dicha opinión.
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