Hace un par de días nos encontrábamos
tomando datos en un inmueble de la calle Conjunto Avenida, en Alcobendas
(Madrid), en el que al final, una vez terminada la certificación nos
encontramos que los detalles han sido determinantes, quien sabe si es un caso de
cien, pero un caso muy claro de cosas que no se pueden apreciar si no se visita
el inmueble o si se hace la certificación “de oído”.
Un detalle, el aislamiento de los
cajones de persiana, el otro el rendimiento de la caldera. La diferencia entre
calificar la vivienda con D o E.
En todas las visitas tratamos de
ser lo más concienzudos posibles con la toma de datos, levantamiento de planos,
fotografías y todos aquellos aspectos con los que completamos la certificación
energética con un informe de parámetros suficientes amplio y exhaustivo como
para orientar sobre el proceso a los clientes y a la Administración.
Una de las cosas que miramos es
si los cajones de persiana tienen o no aislamiento, por mínimo que sea, lo
normal es que no lo tengan en las viviendas que hemos certificado hasta ahora, pero he aquí una vivienda que si tiene dicho
aislamiento, fotografía del detalle y al informe, justificando así por que optamos por un tipo
de puente térmico en lugar de otro.
Además nos encontramos con una
caldera de condensación para la producción de ACS y CALEFACCIÓN, un equipo
francamente bien cuidado y con muy pocos años de antigüedad, concretamente una
caldera VAILLANT modelo ecoTEC plus VMW ES 236/3-5 R3 y cuando le pedimos al
propietario el último ticket de revisión y mantenimiento del equipo resulta que
no lo tiene, que debe buscarlo y nos pregunta si es necesario e importante.
Le explicamos que si no se aporta
ticket para poder obtener el dato del rendimiento de la combustión actualizado,
debemos aplicar el porcentaje estimado por defecto del 85 % (salvo que el equipo sea nuevo y se pueda usar el dato de la ficha técnica), pero que si tiene
el ticket mejor, pues nunca se sabe si una calificación energética está en el
filo entre dos letras y este dato puede llegar a ser crucial.
Ya no solo por la caldera, la
calificación energética es fruto de un buen puñado de parámetros que los
programas de certificación conjugan, envolvente térmica, huecos, sombras de obstáculos
remotos, puentes térmicos, instalaciones, etc… y todos son importantes y pueden
ser determinantes en algún momento.
Finalmente el propietario
localizó el ticket y como era de esperar, una caldera de condensación, bien
cuidada y mantenida, con un par de años de antigüedad, arroja un porcentaje francamente bueno, por encima del 100 % (concretamente un 100,60 %).
Al hilo del ticket, desde aquí
recomendamos a todos los clientes y potenciales clientes, a todos nuestros seguidores habituales, a
todo el mundo que tras cada revisión de sus calderas escaneen el ticket o lo
fotocopien, pues se imprime en el típico papel (de ticket) que se borra con el
paso del tiempo. Como se puede apreciar en la fotografía del ticket, aún se ven los números pero muy sutilmente. Evidentemente también incluimos estos tickets en nuestros informes de certificación.
En este inmueble, ni que hubiera
sido escogido a propósito, si antes le contamos al propietario que podría pasar
una situación así, antes nos pasa.
El dato de rendimiento de la
combustión de la caldera ha sido el que ha conseguido que el inmueble califique
con una letra D justo en el límite con la D (valor 26,4).
Manteniendo todos los datos y
parámetros introducidos en el programa para la calificación energética,
envolvente térmica (fachadas y medianeras), huecos y carpinterías, puentes
térmicos, sombras y con un rendimiento por defecto del 85 % la calificación
obtenida es la siguiente:
Una calificación energética E con
valor 31,0 kgCO2/m2 que no está nada mal para un inmueble del año 1972.
Pero con el dato de rendimiento
de la caldera del 100,60 % obtenemos los siguientes resultados:
Una calificación energética D con
valor 26,4 kgCO2/m2, justo en el límite, pero D al fin y al cabo que seguro
hace muy feliz al propietario del inmueble.
Si se observan los indicadores de
demandas de calefacción y refrigeración así como las emisiones de calefacción,
refrigeración y ACS, NO HAN VARIADO de una calificación a la otra, simplemente
ha descendido las emisiones de ACS.
Como hemos explicado, se debe
única y exclusivamente en este caso al equipo, el rendimiento de la caldera
posibilita esta mejora, pues la fachada, huecos, sombras, puentes térmicos, etc…
elementos de la envolvente, no han variado, por tanto las demandas siguen
siendo iguales y, como DEMANDA, CONSUMOS y EMISIONES DE CO2 están relacionados
entre sí mediante constantes (rendimiento de los equipos y de los combustibles
(coeficientes de paso)) si un valor no varía, no lo hace el otro.
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