Hace tiempo que el centro
comercial Alcalá Magna luce su correspondiente etiquetado energético conforme a
lo que establece el RD 235/2013 en su artículo 13.1 (también es cierto que hay
gran cantidad de edificios de uso público, con superficie mayor de 500 mts2 que
no tienen este etiquetado) y hace tiempo que a mí personalmente, su etiqueta
energética “me chirría”.
Al ser un documento OFICIAL y de
carácter PÚBLICO, no hay más que anotar el código de verificación y comprobar
si es la etiqueta que realmente figura registrada, lo cual no quiere decir que
sea correcta, me remontó hasta hace casi un año cuando el IDAE publicó
resultados por Comunidades Autónomas y Provincias, los datos concretos de
Madrid no cuadraban con datos de certificados propios, básicamente figuraban
menos certificados registrados en Industria que número de orden de certificados
propios… ante la pregunta a uno de los técnicos de la Dirección General de
Industria de la Comunidad de Madrid, la respuesta fue clara y concisa “que
estén registrados no significa que estén revisados y aceptados”, en aquel
momento la diferencia rondaba los 30.000 certificados.
Y es que se debería poner
especial empeño en la inspección de los certificados de estos grandes edificios, más allá de que
haya certificados falseados, fraudulentos, mal realizados, etc, en viviendas y
locales, que seguro los hay, de nada sirven campañas de publicidad como la
actual protagonizada por Antonio Resines para concienciar al ciudadano que mire
el etiquetado energético si en un caso como este el etiquetado parece
totalmente incongruente.
¿Qué información aporta esta
etiqueta energética al ciudadano?, se trata de un edificio eficiente en cuanto
a emisiones de CO2 y muy ineficiente en consumo de energía primaria. ¿De verdad
es creíble esta etiqueta energética?, ¿ayuda una etiqueta como ésta a que el
ciudadano tome conciencia de su importancia?, es más, incluso alguien podría llegar
a pensar que un producto en este centro comercial es más caro que otro idéntico
en otro centro comercial, si podrá deberse a que a la larga, la repercusión
económica del comerciante en su factura energética es mayor y eso le obliga a
subir precios. Siendo retorcidos la información que alguien podría sacar de
esta etiqueta roza lo ridículo, pero de todo hay y el ciudadano debe recibir una información clara cuando ve un documento así.
El Centro comercial Alcalá Magna
se inaugura el 31 de octubre de 2007, es por tanto un edificio PRE-Código Técnico
de la Edificación, pero no por ello debe dejar de ser un edificio muy prestacional
y lo más vanguardista y eficiente posible en el momento de su concepción y construcción, el
CTE y cualquier normativa marca unos mínimos, pero a partir de ahí el cielo y el presupuesto de ejecución marcan los límites por la parte de arriba. Se trata de un edificio con
34.000 m2, más de 100 establecimientos, no es precisamente un edificio pequeño.
Edificio nacido del estudio Chapman Taylor… y se me hace muy complicado imaginar
que en su concepción, diseño y construcción se proyectase como un edificio
eficiente a nivel de envolvente térmica y no así en cuanto a instalaciones y
sobre todo climatización e iluminación, que son los factores que influyen en mayor medida para que en la etiqueta energética figure una F en consumo de energía primaria.
Viendo esta etiqueta me da la
sensación que a quien se le haya encargado este certificado energético ha
prestado muy poco atención al mix de instalaciones, no ha recabado los datos
concretos de equipos o empresas de mantenimiento y mucho me temo que no se ha
realizado una correcta medición de iluminancia media mantenida conforme norma
UNE-EN 12464-1 y CTE HS3 para obtener los valores VEEI, es más, me arriesgaría a
decir que estos valores se han adjudicado a tanteo, tanto potencias como
iluminancia media horizontal.
Evidentemente el único documento
para afirmar estas apreciaciones es el etiquetado energético, no tengo acceso
al programa de cálculo de certificación energética, pero creo que muchos
compañeros que tengan certificados energéticos a las espaldas opinarán de modo
similar, máxime cuando observando etiquetas energéticas de otros edificios
comerciales, guardan similitud de valores y una correlación más o menos lógica
de coincidencia de letras en ambas escalas de calificación o como mucho,
diferencia de una letra arriba o abajo, sabiendo siempre como operan los programas de certificación y que el edificio objeto "es uno mismo", por lo que aún se me hace más difícil de ver esta etiqueta energética.
El centro comercial a nivel de
instalaciones personalmente me parece equilibrado, gran parte de la iluminación
es a base de leds (lo cual ya debería ser un motivo para tener una mejor calificación
en energía primaria), la climatización es más que correcta en todas las épocas
del año sin sensaciones de exceso de calor o frío cuando no toca.
Lo dicho… esta etiqueta a mí “me
chirría”.