Lástima que los propietarios a
los que estos caraduras hacen “trabajar” como técnicos ayudantes sin que lo sepan,
disimulando la entrega de datos del inmueble como comprobación de la
titularidad del mismo, no tengan la malicia suficiente como para forzar del
descubrir lo endeble que es este método de trabajo “de oído”.
Es muy fácil… facilitamos unos
datos erróneos, un cambio de orientaciones, malas mediciones de fachadas,
planos y fotos que no se correspondan con la realidad y a dejar que “trabajen”,
una vez entregado el certificado energético, se procede a denunciar que no se
corresponde con la realidad del inmueble, que no ha habido visita al mismo y
que uno ha sido estafado con un etiquetado energético de un producto (un
inmueble) que no corresponde con la realidad en emisiones de CO2 y consumo de
energía primaria.
Más información y opinión al
respecto en OTRA PÁGINA WEB DE CERTIFICADOS ENERGÉTICOS “DE OÍDO”